lunes, 22 de julio de 2013

Namaste, Nepal

Sentaditas en el aeropuerto de Doha, una vez más...
No se qué decir de nuestros últimos días en Nepal; han sido muchos momentos de silencio, reír por no llorar, llorar riendo...

Somos jóvenes, viajamos, conocemos gente y nos despedimos de ella; es ley de vida y te haces a la idea, pero nunca, nunca, nunca, te acostumbras a ello. Es difícil saber si esta sensación que se te queda en el cuerpo cuando ves a 6 personas llorando y a medio llorar al despedirte desde la puerta de casa sería lo mismo si hubieras pasado con ellos 1 año, 2 o 3, conociendo ya sus pequeños defectos y tonterías que hacen que no todo sea perfecto y encantador... Bueno, nunca lo sabremos, y ni falta que hace. Nuestra perfecta burbuja de Katmandú permanecerá intacta en nuestra memoria y nuestros corazones, dejando el mejor sabor de boca que se pueda pedir. 

Toda esta experiencia ha sido mucho más que un voluntariado (que ya tiene tela por si solo), ha sido crear una familia. Está claro que todo esto no hubiese sido lo mismo sin todas y cada una de las personas que hemos conocido y han aportado su esencia a esta, nuestra historia. 
Nueva Zelanda, Bulgaria, Canadá, Holanda, España (españoles por el mundo, si fuerais igual de enrollados en España que en el extranjero, otro gallo cantaría...) y por supuesto, NEPAL. Niños, monjes, huérfanos, mujeres maltratadas, abuelas, chavalitos, jubilados, músicos, estudiantes, viajeros, voluntarios... Todos y cada uno de vosotros habéis hecho que este viaje sea único, especial y memorable. 

Como esta entrada es más para mí que para vosotros, lectores, voy a cortar ya con tanta moñada y simplemente decir que si alguien ha deseado alguna vez viajar sin ser turista, dar antes que recibir (y recibir el triple a cambio) y volver a casa con ganas de más, más, más... Mi sincera recomendación es que se haga VOLUNTARIO. 

Si este blog ha calado a alguien y cree que le gustaría hacer algo parecido a lo que hemos hecho Albus y yo (ya sea en un monasterio, orfanato, colegio, centro de mujeres, de animales, etc.) en la zona de Katmandú y alrededores, que no dude en ponerse en contacto conmigo a través de mi correo claraprietocastillo@hotmail.com 
Parece que me llevo comisión por toda la publicidad que estoy haciendo, pero ya os digo yo que no...

Bueno amiguitos lectores, ha sido un placer compartir con vosotros esta experiencia. Esperemos que haya más oportunidades como esta en el futuro para torraros más la oreja con mis tontadas en un blog. Desde el mismo asiento donde hace 30 días escribía la primera entrada me despido, con un buen royo dentro increíble y unas ganas tremendas de pillar el buen colchón occidental. 

NAMASTE NEPAL, SEE YOU SOON :)

miércoles, 17 de julio de 2013

Último destino, Pokhara

Buenas tardes, ciber-amiguitos!

Hoy escribo ya desde Pokhara, nuestro último destino de turisteo antes de volver a Kathmandu para despedirnos de Nepal. Como no, antes de empezar con el presente, me remito a unos días atrás para contaros la mejor experiencia que tuvimos en Chitwan... Bañarnos con elefantes!
No puedo explicar con palabras lo increíblemente alucinante que es montar a pelo un elefante hasta un río en el que no hay absolutamente nadie más, y bañarte con él durante horas, subiendo una y otra vez trepando como monitos por su cuerpo enorme; hacer malabarismos en su lomo y mojarte con el agua que te ducha de su trompa. Bueno, vale, lo he explicado con palabras, y bastantes, pero la experiencia es algo inigualable. Tuvimos la suerte de que nuestro queridísimo Steve, aparte de dejarnos dormir de gratis en su cuarto, nos presentara al dueño del elefante, para poder hacerlo GRATIS y nosotros solos, no como el típico royo turista en el que están cinco elefantes en el río y tienes 5 minutos para montar. Esto fue algo mágico. 
Lo que más me impactó de todo fue subir a su lomo por la trompa, ya que no llevan ni silla, ni estribos, ni mariconadas. Así que ahí nos las vimos, con un elefante de no se cuantas toneladas haciéndonos una "reverencia" para que le engancháramos de las orejas y trepáramos por su trompa hasta llegar a la cabeza, donde te daba un ligero empujoncito y acababas en su espalda más espatarrada que la pava de Instinto Básico.
Obviamente su dueño lo hace con un garbo impresionante y parece algo sencillo, pero creedme que cuando te ves en la situación, en lo único que puedes pensar es en agarrarte como una garrapata para no caerte desde esas alturas. Una vez llegamos al río ya nada importaba, porque lo mejor de todo era caerse y volverse a subir, colgarse de la trompa e intentar aguantar lo máximo posible de pie mientras se sacudía entero. No cambiaría esta experiencia por nada del mundo, y he de decir que somos muy afortunadas de poder haberlo hecho "a nuestro estilo" en vez de como la gran mayoría de turistas. De todas formas, los nepalíes son encantadores y creo que a nadie le costaría demasiado conseguir algo como esto con un poco de paciencia y una buena sonrisa. Vamos, que no es algo imposible de conseguir o que se nos haya prestado de forma irrepetible, de hecho no entiendo cómo tanta gente recurre al típico pack completo de los hoteles cuando prácticamente aquí todo se puede conseguir de forma menos masiva y mucho, mucho más agradable. 

Bueno, volvemos a Pokhara. Es una ciudad preciosa situada enfrente de un lago enorme, al lado del Anapurna y cerquita cerquita del Himalaya, vamos, que no le falta de nada. Es el principal destino de trekers y aventureros que quieran adentrarse un poco en el Nepal más montañero y natural. 
Hemos venido con dos amigos más desde Chitwan, nuestro querido Steve de Bulgaria y el holandés errante. Nos quedamos las 3 noches en un hotelito a 6 euros la noche por habitación doble, con baño propio y ventilador, muy mono la verdad. El sitio se llama Holy Lodge y está al lado de lo que es la zona del lago, la más turística. Nos estamos acostumbrando a los maravillosos precios nepalíes, así que cuando volvamos a España vamos a parecer unas tacañas hechas y derechas. Y es que es fácil acostumbrarse a pagar 3 euros la noche en un sitio como este...

Llegamos ayer, pero estábamos tan cansados que básicamente dimos una vuelta por el lago, cenamos muy bien, y nos volvimos pronto al hotel. Hoy ha tocado la buena pateada; nos hemos levantado prontito y hemos estado toda la mañana de caminata hasta la World Peace Pagoda, que es un monumento budista para la paz hecho por un Japonés, situado en lo que me ha parecido la montaña más alta del jodido Nepal (sin restarle méritos al Anapurna, claro está). La cosa es que el japo este quería hacer 100 pagodas en honor a la paz mundial después del desastre de Hiroshima, y esta es la única que hay en Nepal, siendo la número 71, creo. Por mucho que me guste quejarme, ha merecido la pena subir con todo el calor del mundo mundial, para poder ver las vistas de todo Pokhara y el lago. Luego nos ha caído el monzón del siglo a la que bajábamos por un caminito de la montaña rodeado de jungla, y hemos cogido una barquita para cruzar todo el lago hasta donde empieza la ciudad de nuevo. Hemos acabado comiendo a las 5 de la tarde, empapados y cansadísimos de tanto andar montaña arriba montaña abajo. Pero bueno, hay que aprovechar que mañana es el último día completo que tenemos aquí, aunque en tan poco tiempo da de sobra para hacerse una idea de lo que es la ciudad y su encanto salvaje. La pena es que en esta temporada no se puede llegar a ver bien el Anapurna porque hay muchísima niebla, que se le va a hacer... Pero en buena temporada tiene que ser una locura, porque hemos visto fotos y se ve perfectamente toda la cordillera...

Mañana veremos a ver qué se cuece por la ciudad, y volveremos a Ktm el viernes prontito para aprovechar el último fin de semana que nos queda. 

Besos grandes desde las montañas :)


domingo, 14 de julio de 2013

En la tierra de los elefantes

Escribo esta entrada desde el lugar mas húmedo y caluroso en el que he estado en mi vida, Chitwan. Los cortes de luz son muy normales aquí, para ahorrar energía y tal,  y ahora mismo el ventilador de la habitación se echa más en falta que un polo a su palo. Las gafas se me empañan solamente de la humedad que hay en el ambiente, nos estamos derritiendo literalmente... Pero en fin, antes de llegar hasta este horno de pollos mas comúnmente conocido como parque natural, hemos hecho muchas cosas que merecen su presentación en sociedad (bloguera). 

Como ya os conté, esta semana la teníamos libre de monjes y decidimos aprovechar la ciudad. La verdad es que no hemos parado, es una gozada tener tantas cosas que hacer y amigos que visitar. 
La primera parada obligatoria fue el monasterio en el que están nuestros niños ahora de festivaleo budista, en el que pudimos asistir a una puja (ceremonia religiosa budista) de cientos de personas. Creo que a simple vista eramos los únicos occidentales de todo el sitio, por lo que, (una vez mas) fuimos la atracción turística del momento. Fue muy interesante poder ver como se celebra una ceremonia de verdad, mostrando los debidos respetos cuando el gurú entra en la sala y observando como se pasan las cuentas del nami (el rosario de aquí, para que nos enteremos) cada vez que se repite el mantra. El de esta ceremonia en concreto era algo asi como "Om a hung barja guru pemba siddhe hung" que se repite cientos de veces al compas de unas especie de juguetitos rotatorios (dios, es dificil hacer tantas aclaraciones veraces; esto es un chisme que da vueltas y punto) que se hacen girar en el sentido de las agujas del reloj para atraer el buen karma. 

Una de las mejores experiencias que tuvimos esta semana fue el poder visitar el centro de mujeres maltratadas en el que trabaja de voluntaria nuestra amiga Zanetta, de Nueva Zelanda. Como con nuestros monjes fue todo un éxito, decidimos llevar muchos hilitos para hacer pulseras con ellas, y les encantó. Dice Zanetta que nunca había llegado a ver a tantas de las mujeres reunidas haciendo algo juntas, asique estamos muy contentas de haber podido servir de entretenimiento al menos durante un rato para mujeres que lo han pasado tan mal.  Es horrible saber que la niña de 13 años a la que le estás enseñando a hacer pulseritas y que quiere que le hagas una trenza en el pelo, está en esa institución porque su propio tío la violase cuando tenía 12 años y esté esperando un bebé de semejante #$%@& (versión censurada por motivos éticos). 
La verdad es que trabajando con los monjes y teniendo esta experiencia con las mujeres y niñas del centro, me he dado cuenta de que tristemente aquí la infancia es algo que no todo el mundo tiene la oportunidad de disfrutar. Cuando ves que un monje de 16 años- todo un chavalote hecho y derecho- coge un dibujo de una mariposa de la clase de los niños de 7 y le ves poniendo el más mínimo detalle y concentración para colorearlo, o cuando una señora de 60 a la que su marido le pegaba te pide una y otra vez que revises por qué su pulsera tiene tantos nudos, te das cuenta de que probablemente ninguno de ellos tuvo la oportunidad de disfrutar de esas pequeñas cosas cuando eran pequeños. Poder ofrecer estos pequeños momentos de desconexión (felicidad es una palabra demasiado grande) a gente que lo necesita tanto y lo merece aún más es algo que no se puede explicar con palabras; estábamos llenas de buena energía cuando nos fuimos del centro de mujeres.

Volviendo a nuestras trivialidades del día a día, ayer nos fuimos de rafting al río Trishuli! Está a medio camino de Chitwan, así que decidimos hacer una excursión con todos los voluntarios del hostal aprovechando el viaje para hacer el rafting, y luego continuar nuestro camino hacia Chitwan. Fue tooooooda una experiencia, lo pasamos genial! Era la primera vez que las dos lo probábamos, y nos dejó agotadas y encantadas. Como siempre, el panorama era lo mejor de todo, ya que el río está en medio de montañas inmensas repletas de vegetación y parecía que estabas en Jurassic Park. Nos bañamos en el río, hicimos un montón de juegos en las barcas y me gané un moratón de tamaño considerable en el muslo por hacer el gambitero, como no. 
Y como siempre los mejores momentos son los que no planeas, esta vez fue la ida en bus desde el río hasta Chitwan. Como no había sitio dentro del autobús, nos adaptamos al estilo nepalí y fuimos en el techo. Ja! Me río de los deportes de riesgo, esto sí que es aventura. Tampoco vamos a volvernos locos señores, que aquí todo el mundo lo hace y hay una especie de minibarandillita para sujetarte a ti,  a los muebles, o a las cabras que vayan en encima, depende de la circunstancia.
Fue una gozada poder ir viendo todo el paisaje y sentir el airecillo en la cara, en vez de estar apelotonados durante 3 horas dentro del bus. La pena es que luego nos pillo la poli y nos hizo bajar, cosa que no entenderé porque hemos visto pasar a mil camiones con gente encima pero bueno. A nosotros no nos dijeron ni mú, pero el conductor creo que se llevo una buena receta. 

Ah claro, todo este día de deportes extreme no hubiese sido lo mismo si no fuera porque dormimos prácticamente media hora la noche de antes por salir de fiesta con nuestros amigos nepalíes Jimmy, Surace y Ruxit. Los fines de semana son algo preciado que hay que  aprovechar como si fueran oro, porque si no aquí no encuentras fiesta en ningún lado (alabado seas Madrid, y tu vida nocturna infinita). Así que ese fue nuestro panorama de ayer, parecía que volvíamos de la guerra después de tanto ajetreo, pero claramente todo mereció la pena.

Con todo este preámbulo en condiciones, me vuelvo a situar en Chitwan, el infierno con forma de paraíso. Nos alojamos en el hotel Park Side, uno de los mejores de la zona, y de gratis, porque nuestro amigo búlgaro Steve se las ha apañado para alojarnos en su cuarto, vaya solete de chico. Tenemos todos los lujos que son imposibles de encontrar en cualquier casa de clase media en Kathmandu; como son los colchones, el papel higiénico, agua caliente o incluso retrete. Somos unas privilegiadas. 
Esta mañana hemos ido a dar una vuelta en elefante por la selva (completamente recomendable) y hemos visto rinocerontes salvajes, ciervitos, pavos reales, y un montos de bichos que me han comido entera. Hemos coincidido con una pareja mayor de argentinos encantadores, de Buenos Aires, que nos han  invitado a su casa cuando queramos ;) Castellano parlantes solidarios por el mundo, así da gusto.

Creo que con esto da de sobra para unos cuantos días, majetes, así que probablemente la próxima entrada sea desde Pokhara, nuestro siguiente destino. Besos grandes con olor a elefante :)

miércoles, 10 de julio de 2013

Cambio de rumbo

Nuevos planes para Cauli y Alu, nos hemos ido del monasterio, o mas bien nos han echado.... Jajajaja no sus preocupeis familias, que no hemos acosado a ningun monje ni destrozado el monasterio, simplemente nos hemos quedado sin niños a los que enseñar. Cada año todos los monjes de Kathmandu se reúnen para hacer un macro botellón budista y liarla bien parda (vale, en realidad es el cumple del Dalai Lama y lo celebran con 10 dias de rezos, pero mi versión es mucho más convincente). El caso es que todos nuestros niños se han ido y hemos decidido dejar esta semanita libre para volver al hostal de Thamel y disfrutar de la ciudad y los amigos que hemos hecho. La verdad es que la experiencia en el monasterio ha sido genial; los monjes son un encanto, educados y cariñosos, pero no nos importa para nada quedarnos unos días extra en Kathmandu con buena compañia, haciendo turismo y saliendo de fiesta ;)

Hace unos dias fuimos a Pashu Patinath, que es el crematorio de la ciudad, al lado del río, donde hacen todos los funerales. Tuvimos la oportunidad de ver cómo se llevaba a cabo el funeral de una señora desde el otro lado del río, donde todo el mundo se sienta y comparte un momento que para nosotros occidentales es algo tan íntimo y personal. Fue una experiencia muy impactante y a la vez tan natural y... Bonito, si se puede decir asi. Es el primer funeral al que he ido, y me pareció algo tremendo. El cuerpo de la mujer estaba tumbado en el suelo, en unas escaleras al lado del rio, tapado con montones de telas de colores y collares de flores que sus familiares le ponían encima, unos detrás de otros. El olor de incienso, el calor de la hoguera que iba a quemar su cuerpo, y los gemidos y llantos de los familiares hacían de la escena algo excepcional que nos mantuvo expectantes durante al menos dos horas. El panorama ayudaba bastante, ya que el lugar está bastante alejado de la ciudad y no se oía ni un coche (factor excepcional en Kathmandu, creedme) todo rodeado de templos, selva, monos y Ganash Baba (los señores desnudos con rastas y pintados de ceniza, no hay fotos de ellos tristemente porque los tios listos saben lo flipantes que resultan y no hacen más que pedir dinero por fotos, lo que hace que se pierda un poco la magia, pero en fin...)

Nos hemos echado un amigo Nepali que es un encanto, amigo de los del hostal y se llama Surace.  Es un encaaaaaanto, mide lo mismo que yo pero pesando  probablemente 10 kilos menos (nepali size, you know) con un moñito y acento graciosisimos. No trabaja aqui ni nada, simplemente pasa su tiempo libre quedando con nosotras y otra amiga que hemos hecho de Nueva Zelanda. La verdad es que es genial ir con gente de aqui porque entramos a casi todos los sitios gratis y si no a la mitad de precio, nos hace de guía y nos traduce todo. Asique ayer fuimos con él a Bakhtapur, que es un pueblito como a una hora del centro de la ciudad que permanece al estilo tradicional nepalí, con todas sus casas viejas y señores viejos y templos viejos y básicamente todo viejo. Fue muy bonito, es como pasear por Kathamndu pero dejando todo el trafico y la locura a parte, llegando a disfrutar realmente de la magia de Nepal. 
Y por la noche, como no, fuimos de fieeeeesta! Los dos bares a los que solemos ir son el Reggae bar (donde tocan nuestros amigos) y el Lasha Bar, ambos en Thamel, y muuuuuy recomendables para cualquiera que busque música en directo, cócteles baratos, permiso para fumar dentro, y sentarse en el suelo sin zapatos; es decir, pla-na-zo. El mejor momento de la noche fue cuando Alba subió al escenario para cantar su canción Touch the moon, lo hizo genial y todo el mundo aplaudió como loco :) Acabamos volviendo a casa con una lluvia del copón, saltando en todos los charcos y haciendo el ganso. Nos lo montamos bien teniendo en cuenta que esta ciudad a las 12 de la noche es un auténtico desierto,  a excepción de las vacas que rondan a sus anchas y los perros callejeros.

Y hoy ha tocado descansar, hemos salido a dar una vuelta por Thamel y Durbar Square (el centro de la ciudad, donde esta la casa de la niña Kumari y todas las estupas) y nos hemos topado con un concierto de los Hare Krishna. Menudo espectáculo, un tío iluminado de la vida cantando canciones hare en un escenario todo cubierto de telas con mandalas, viviéndolo a saco, y nosotros dando palmadas y cantando los coros, ya que hay que decir que las letras hare son lo mas sencillo del mundo. Consiste en repetir Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare, en todas y cada una de las canciones. Hare Krishna sirve para decir hola, gracias, adiós... Una simplicidad deslumbrante vaya ;)
Cuando ha acabado hemos ido a tomar chai (el mejor té del mundo mundial) a lo alto de una estupa de Durbar Square, a disfrutar del Kathmandu de noche desde las alturas. Estamos agotadas pero contentísimas de poder tener planes todos los días y aprovechar al máximo lo poco que nos queda. Es una locura lo rápido que pasa el tiempo!

Espero que no se haya hecho una entrada demasiado pesada, pero es difícil encontrar un hueco para escribir cada día, y quiero recordar cada cosa chachi que hacemos... :)

Hasta la próxima queridos y queridas, mucho amor de Cauli & Alu.

viernes, 5 de julio de 2013

Dias de monasterio

Despues de unos dias alejadas de la civilizacion, volvemos al ataque desde Katmandu City con más cositas que contar. 
Hemos pasado toda la semana en el monasterio, que está como a una hora de la ciudad, y la verdad es que se ha pasado volando. Como ya os comentamos, el sitio es bastante austero, pero los niños son un encaaaaanto, cada vez toman mas confianza y se nos amontonan encima cada vez que pueden, observando lo que hacemos sin miramientos ni tapujos, al buen estilo nepali. Las clases van bien, de momento yo estoy con los tres mas pequeñajos que no saben ni hacer la o con un canuto, y Alba está con unos 9 niños de nivel intermedio. Cada día intentamos hacer juegos con ellos y el balón prisionero les ha encantado, sobre todo el hecho de que Alba meta unos buenos trallazos que les dejan flipando jajaja no se corta un pelo, es genial. 
En el monasterio hay 3 perros monísimos, sobre todo una cachorrita a la que hemos llamado Foxy porque parece un zorrillo de mirada lista y juguetona. Se pasaba el día en nuestro cuarto, jugando y mordisqueándonos, hasta que ayer apareció con una herida en la pata de la hostia. No sabemos que le habrá podido pasar, pero tenia muy mala pinta. De todas formas, como somos unos verdaderos asentados del lugar, ya conocíamos un refugio de animales en el que trabaja de voluntario Sam, un chaval inglés muy majete. Así que allá que nos dirigimos, y el bueno de Sam vino con sus medicinas hasta el monasterio para curar a Foxy. Es tan buena que se dejó curar perfectamente, solo unas cuantas quejas al final cuando le apretaba la venda. Después se la llevó en brazos hasta el refugio para que se quedara allá unos días bajo supervisión. Hoy hemos ido a visitarla, como buena familia que somos, pero Sam no estaba y no la hemos podido sacar de la jaula (como no está vacunada de nada, no la pueden dejar suelta con los otros perros para evitar que se contagien algo en caso de que se muerdan). He de admitir que se me ha encogido el corazón cuando nos ha visto, la pobre no ha parado de llorar, aullar y morder los barrotes...  Es natural que un perro que no ha tenido ninguna barrera en la vida se encuentre angustiado con solo 24h de encierro. Sé que es lo mejor para que se le cure la patita, pero aun así no puedo quitarme el mal royo del cuerpo por haberla visto tan triste y nerviosa. En cuanto volvamos al monasterio el domingo le haremos otra visita. 


Alba:
Los trallazos no son tan fuertes eh jajaja solo que hay que darle emoción al juego y como con las chicas se cortan...La verdad es que estos días han estado bien en el monasterio cogiendo confianza con los críos y jugando con ellos al fútbol y todo. Corren que se matan así que no es tan fácil pillarles jajaj. He conseguido que presten atención y orientarme en su nivel de ingles, es algo que me preocupaba. Así que es genial ver como van aprendiendo y como comparten todo lo que tienen con una gran sonrisa.
Como dice clara nos sentimos ya como veteranas jajaj la misma sensación cuando el finde pasado llegaron un montón de nuevos voluntarios y  nos preguntaban a nosotras todo. Nos sentimos ya super agustito aquí :)
Otra cosita de la semana también ha sido que un día fuimos de montañeo a una reserva natural que está al lado de nuestro monasterio, bueno, subiendo unas cuantas cuestas. La reserva se llama Shivapuri-nagarjun y la verdad es que hicimos una rutilla de tres horas solo, así que no lo vimos entero pero tiene pinta de estar muy bien. Por el camino nos encontramos monitos, y según íbamos subiendo por la selva se empezaban a ver unas increíbles vistas. Arriba del todo había  un monasterio de mujeres y pudimos observar sus oraciones. Muy bonito en ese paraje!


Por ahora eso es todo, haciendo un buen resumen. Esta noche celebraremos el 4 de Julio con una de las voluntarias que es americana, básicamente para tener una buena excusa para comernos una hamburguesa enorme y no sentir que defraudamos al país. 

Besos y más besos de Cauli & Alu.